El
gobierno central le regaló al sector cultural un incremento de 13 puntos de IVA
como consecuencia del cambio de tipo. La actividad cultural, excepto la lectura
de libros, ya no es una necesidad básica de la población aunque nuestra
constitución siga considerando un derecho fundamental de los ciudadanos el
acceso a la cultura. La medida supone que España aplicará a las entradas un
tipo de IVA muy superior a la mayoría de países de la zona euro donde la media
es del 9%.
Según
un estudio de impacto que la Federación Estatal de Asociaciones deEmpresas de Teatro y Danza encargó a ICC, el nuevo tipo impositivo provocará
un descenso de la demanda entre el 18,3% y el 22,7% que, en términos de entradas
vendidas, significa una pérdida de entre 2,3 y 2,9 millones de espectadores. Esta
reducción de consumo comportará una pérdida de facturación de entre el 29,7% y
el 33,5%, una pérdida de empleo estructural de entre 1.538 y 1.909 puestos de
trabajo y el cierre de un 20% de empresas. El estudio indica que el aumento de
la recaudación fiscal por IVA en el primer año oscilará entre 18,4 y 20,5
millones de euros. Pero la reducción de ingresos de seguridad social, de
impuesto de sociedades y de IRPF, junto con el incremento de gasto en
desempleo, tendrá unos efectos indirectos negativos para el propio Estado de
entre 15,0 y 18,7 millones de euros, con lo que el diferencial entre el aumento
de los ingresos del Estado por IVA, por un lado, y su impacto negativo, por el otro,
en el escenario más positivo comportará un aumento de ingresos de 5,5 millones
de euros. La conclusión del estudio es que, desde la perspectiva coste/beneficio, los resultados estimados no
compensan la incidencia negativa que la medida tendrá en el sector.
La
estimación se basa en estudios realizados sobre la elasticidad de la demanda, basados en modelos econométricos, en los
que se establece una elasticidad de 0,81 en los bienes no duraderos como las
artes escénicas. Sin embargo, la situación económica extrema en la que nos
encontramos hace suponer mayor elasticidad y en el estudio de impacto se
proyectan tres escenarios distintos con elasticidades entre el 0,9 y el 1,3.
Aunque los modelos econométricos establecen un sistema de cálculo objetivo que
permite hacer proyecciones, consideramos que para una parte de espectadores la
variable precio tiene una incidencia relativa menor, tal como apuntamos en un
artículo anterior.
Más
allá del impacto económico de la medida lo que me interesa analizar son las
razones que la explican. En el momento de conocer la decisión del gobierno me
quedé atónito porque no entendí nada. Mi pensamiento lógico siempre busca una
explicación a las cosas que pasan, y cuándo un hecho no tiene explicación
lógica mi mente se bloquea temporalmente. Desde
hace algunos meses el sector está navegando entre tempestades: la reducción
drástica de ayudas públicas, la morosidad, la pérdida de espectadores en las
ciudades de Madrid y Barcelona, la reducción de contratación del 60% en el
resto del territorio, el espejismo de una ley de mecenazgo, etc. El
sobreesfuerzo ha debilitado al sector. Y justo en este momento llega la
estocada del IVA!
Hay tres hipótesis explicativas: una
decisión tomada con frivolidad, un menosprecio del valor de la cultura, o la
respuesta a un agravio desde la mayoría absoluta. No voy a especular cuál de las tres
es la más probable porque, en el fondo, son la misma. No es que el gobierno
esté en contra de la cultura, es que el gobierno actual no sabe qué es la
cultura ni para qué sirve! Ya me gustaría que se tratara de una decisión
ideológica (una apuesta por una sociedad inculta y dócil, por ejemplo) porque
entonces podría haber discusión de argumentos y llegar a un punto de encuentro.
Pero ¿qué se puede negociar con un
gobierno de ignorantes?
Pablo R. Barreno escribió en el foro Linkedin
de Mercartes 2012 que el sistema
español se ha desestructurado al desmoronarse financieramente el sector público
y que en las actuales condiciones económicas los modelos basados en la
intervención del Estado son inviables. Considera que la lógica nos hace mirar
inevitablemente a los sistemas anglosajones basados en compañías y empresas sin
ánimo de lucro muy enraizadas en la sociedad civil. Gonzalez Julián, participante en el debate, argumenta que desde
hace tiempo es defensor del modelo mixto y considera que UK no es España y que
el modelo anglosajón no se instala automáticamente porque en cada país hay
factores sociales y económicos que condicionan la viabilidad de un modelo.
Piensa que debemos dejar de traer a especialistas anglosajones que nos digan lo
que ellos hacen y construir un modelo propio que requiere cambios en el marco
institucional, cambios de mentalidad y aprender a captar fondos de otras
fuentes.
Si ya
no es viable un modelo basado en la intervención del Estado, tal vez el único camino sea incrementar el arraigo social de las artes escénicas. O sea,
crear demanda desde la base. Conseguir que muchos ciudadanos consideren que las
artes escénicas aportan valor a su desarrollo personal y colectivo. Si
compartimos este objetivo, debemos explorar la manera de conseguirlo. Hay
muchas experiencias en nuestro contexto social que nos hacen luz al respecto.
Me
permito recordar también lo que dicen los manuales: en tiempos de escasez de demanda hay que explorar nuevos mercados o
inventar nuevos productos. Seguramente debemos operar en lógica global,
salir al exterior y buscar nichos de demanda en nuevos mercados. Pero al mismo
tiempo debemos innovar en producto: algunos teóricos apuntan que la función de
las artes escénicas en una sociedad que transita hacia la virtualidad digital
es aportar experiencias estéticas en
vivo, intensas, singulares e irrepetibles, basadas en la interacción entre
intérpretes y públicos. Tal vez llegó la hora de cerrar la etapa del teatro
a la italiana y romper la cuarta pared.
En
estos momentos necesitamos la complicidad de todos. Aprovecho para recordar que
el sector en pleno está invitado a participar en Mercartes (Sevilla, 14 y 15 de noviembre) por tres motivos: porque
es una ocasión óptima para establecer acuerdos comerciales y dinamizar el
mercado, porque participar en un encuentro presencial de esta magnitud aporta
energía para seguir luchando, y porque hay que mostrar a la sociedad que las
artes escénicas tienen capacidad de reacción para hacer frente a un futuro
complejo. Nos veremos allá.
Publicado en Artez. Setiembre 2012
www.artezblai.com
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