Según el INAEM, en el año
2014 un 75% de los 1.546 espacios escénicos existentes en España eran de
titularidad pública. Ésta gran red de equipamientos, junto con el notable
talento creativo histórico y actual, son el mayor activo patrimonial de nuestro
sistema escénico. Por su importancia, es lógico que nos preguntemos en qué deben diferenciarse los espacios de
titularidad pública de los de titularidad privada.
a.
Algunos consideran que los contenidos programados deben ser
distintos ya que los espacios de titularidad pública no deben basar sus
decisiones en una lógica de mercado sino de servicio público aunque, en
realidad, tanto los espacios públicos como los privados, menos los que hacen
producción propia, están obligados a escoger entre las producciones escénicas
del mercado, la mayoría de operadores privados.
b.
Otros consideran que lo que
debe marcar la diferencia és la accesibilidad
universal de los teatros públicos. Esto comporta, no sólo, que el sistema de precios esté al alcance de
todos los ciudadanos sino también que todos los ciudadanos hayan tenido en su
formación básica oprtunidades de dessarrollar
valores e intereses escénicos.
c.
Otros consideran que la
principal diferencia debe ser la
relación con los espectadores. En lógica de mercado son clientes, en lógica de servicio público
son ciudadanos.
En un espacio escénico
público, si queremos avanzar hacia un modelo de democracia cultural, debemos abandonar la lógica de una relación
proveedor-cliente que determina la forma de hacer de la mayoría de espacios
públicos.
Es cierto que debemos
distinguir entre los espacios escénicos de
centralidad que operan en el mercado global y tienen públicos líquidos, de
los espacios escénicos de proximidad
que operan en el mercado local y tienen públicos sólidos y estables. Cubren
funciones distintas y complementarias: los de centralidad nos permiten acceder
a la oferta global, ofrecen propuestas innovadoras y muestran las principales
tendencias; los de proximidad nos ofrecen la oportunidad de desarrollar comunidades de espectadores.
En un artículo en la revista
COMeIN, Sandra Sanz, profesora de la
UOC, desarrolló el concepto de "comunidades
de valor" a partir de las consideraciones que Dolors Reig escribió en su blog "El Caparazón". Según esta experta en psicología, social media,
aprendizaje e innovación, las comunidades en las que se aprendre, se comparte
conocimiento o experiencias profesionales y personales, o se solucionan
problemas colaborativamente, son tendencia en el momento actual. Según Sandra Sanz no hay que confundir las comunidades de valor con las redes
sociales, ya que las primeras son grupos
reducidos que comparten intereses comunes y que tienen un elevado factor de
cohesión y un fuerte compromiso mutuo.
Según la autora, un tipo de
comunidad de valor es la "comunidad
de interés", territorial o virtual, que ha tenido recientemente un
desarrollo intenso en internet con el "fenómeno fan" (seguidores de grupos musicales, cinéfilos, escénicos, literarios,
etc.) y se han extendido a otros muy diversos ámbitos sociales y cooperativos.
Desde esta perspectiva
podemos considerar que los ciudadanos de una comunidad territorial que están interesados
en desarrollar prácticas escénicas (de formación, creación y consumo) y cuentan
con un espacio escénico de titularidad pública, pueden proponer a sus titulares
constituirse en comunidad de interés y participar en el desarrollo del proyecto
escénico. De esta forma, los espacios escénicos de titularidad pública deben
ser considerados puntos de encuentro de
los ciudadanos para desarrollar proyectos escénicos colectivos y ejercer la
democracia cultural.
·
El primer objetivo es conseguir
que sean un punto de encuentro habitual
de los ciudadanos. Un espacio impregnado de estímulos escénicos que crea un
clima favorable para las relaciones
personales y para la génesis de proyectos colectivos. Si se consigue esta
cotidianidad, se incrementará la visibilidad
y valor social de las artes escénicas, algo que se ha ido perdiendo con el
tiempo porque las prácticas escénicas sólo se han desarrollado en salas
cerradas con acceso restringido.
·
La programación escénica pasará a ser un proyecto colectivo. La comunidad de interés define qué tipo de programación quiere
disfrutar y encarga la elección de
contenidos y su gestión a un equipo profesional que tiene capacidad de
analizar el valor de las propuestas del mercado a partir de los intereses y
criterios de la comunidad de interés. Y en la gestión de la programación
colabora activamente, apoyando al equipo profesional. En este modelo, los
programadores profesionales refuerzan su papel de especialistas en contenidos
escénicos y de mediadores con la oferta del mercado. El equipo profesional y la
comunidad de espectadores evaluan cada año las experiencias escénicas
programadas y revisan los criterios de programación para la siguiente
temporada. La implicación de la comunidad de espectadores en la definición y
desarrollo de la programación no persigue desprofesionalizar su gestión sino
reforzar su capacidad operativa y darle mayor legitimidad social desde la
perspectiva de la democracia participativa.
Tal vez algún lector piense
que estoy describiendo una utopía inconsistente. Para mi es un cambio de modelo de gobernanza que da
sentido y continuidad a la extensa red de espacios escénicos de titularidad
pública que hemos construido y que ya no se puede justificar como una acción de
suplencia de una iniciativa privada que en los años 80 era insuficiente. En el
momento actual los operadores privados (empresas y entidades del tercer sector)
tienen ya suficiente capacidad para producir y proveer productos escénicos
locales y universales que puedan satisfacer los intereses de los ciudadanos.
¿Cuál es la misión de los espacios escénicos de titularidad pública
en el nuevo contexto social y económico? Este es un
debate que el sector debe hacer de forma inmediata. Considero que la
intervención del sector público ya no se puede justificar en términos de provisión
de contenidos y que los espacios
escénicos públicos deben empezar a andar por el camino de la democracia
cultural de la mano de las comunidades de espectadores que surjan a su
alrededor.
Jaume Colomer
Publicado en Artez
Jaume Colomer
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